En la relación entre el Derecho y la Informática, nace un amplio campo del saber como consecuencia de la interacción de estas dos disciplinas, en el cual la computadora se constituye en un importantísimo instrumento para crear bancos de datos jurídicos para una mejor administración de justicia, pero que sin embargo, trae consigo una serie de problemas que requieren de una adecuada regulación legislativa. De aquí se puede resaltar, por lo tanto, que el encuentro entre el avance tecnológico y el Derecho, se debe resolver por el aparato jurídico y no estar supeditado a las reglas de la informática.
Teniendo en cuenta esto, es necesario recordar que el Derecho Informático, como tal, tiene como objeto de regulación a la Informática, por lo que el avance de la Tecnología y, de forma más específica, el desarrollo de las TIC’s, no sólo generan un gran impacto en el Derecho, sino que se afirman como materia de estudio del Derecho Informático. De este modo, las Tecnologías de la Información y las Comunicaciones (TIC’s), que vienen a ser un conjunto de recursos y métodos asociados que permiten el adecuado registro, tratamiento, transformación, almacenamiento, utilización, presentación y circulación de la información, ya pasaron a consolidarse como elementos de contacto diario y están presentes en las relaciones intersubjetivas, que requieren de un desarrollo normativo que pueda brindar seguridad jurídica en este campo.
Por lo tanto, en el campo del Derecho, se puede decir que la inclusión de las TIC’s ha tenido un avance bastante importante desde el punto de vista cuantitativo, mas no así cualitativamente, debido a que con el rápido desarrollo e incorporación de las computadoras en el cotidiano quehacer de los estudios jurídicos e incluso de los Juzgados, no se ha integrado tecnologías accesorias para la optimización de su rendimiento y tampoco se ha hecho un uso adecuado de esos elementos.
Siendo así, las Tecnologías de la Información y las Comunicaciones (TIC's) afectan al Derecho doblemente. Primero, incide en la actividad del sistema judicial en cuanto a la gestión de la información, determinando un desafío de transformación para el Derecho, aún difícil de percibir en todas sus consecuencias, mucho mayor que cualquier otro cambio tecnológico. Y segundo, surge un Derecho informático, con nuevas reglas y sus delitos correlativos.
En consecuencia, el desarrollo tecnológico de la información es particularmente relevante para el Derecho, en tanto que éste está orientado alrededor de la información y la comunicación. Así mismo, da paso al Derecho Informático como disciplina reguladora que tiene como contenido la protección jurídica de la información personal y del software, el flujo de datos transfrontera, los contratos informáticos, la tipificación de los delitos informáticos y el valor probatorio de los documentos electromagnéticos.
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